El desarrollo de este tipo de cultivos ha modificado, como siempre ocurre, el paisaje agrícola del entorno rural andino. Subiendo al lago Quilotoa en una visión del valle, deslumbra a los ojos el brillo de los plásticos blancos de las plantaciones. No tanto cómo en El Ejido, ya que es algo incipiente, pero se deja ver. Y al contrario que en otros países, ha dado lugar a empresas que garantizan las condiciones dignas de contratación de sus empleados. Muchas de ellas cuentan con el respaldo de certificados de instituciones internacionales que avalan estas condiciones laborales.
Las plantaciones a lo largo de la carretera Panamericana, comienzan en Pedro Moncayo y se extienden hacia Tabacundo y Cayambe, aunque también pueden encontrarse algunas más puntualmente en otras poblaciones andinas.
Colindante con nuestro hotel en Lasso encontramos plantaciones de rosas y decidimos visitarlas. Y esto fue lo que nos contaron.
La producción diaria de rosas es de 13.000 unidades. El 80% para el mercado internacional, de los cuales el 20% es mercado americano, 15 % europeo y entre el 15% y el 10% mercado ruso.
Las distintas variedades se diseñan genéticamente en Holanda. En Ecuador compran los derechos de "autor", traen los esquejes y a producir.
En este momento acababan de cosechar el sector que veis en las fotografías. Es la temporada alta del negocio. Pasado el San Valentín europeo y americano, se preparan para el ruso.
En los invernaderos hay ventiladores que mantienen la temperatura constante. Por el riego automático se suministran todos los fertilizantes y los tratamientos para las plagas más comunes de los rosales. Permanentemente se vigila el crecimiento y estado de las rosas.
Una vez cosechadas se desespinan y se clasifican por tamaño y calidad.
Nos dice el encargado con orgullo que la mayoría del personal son mujeres por que es un trabajo que requiere delicadeza y mimo y las mejores para eso son las mujeres. Sin embargo la administración y la supervisión de su trabajo la hacen exclusivamente hombres....y a nosotros nos siguen llamando la atención este tipo de prejuicios.
Después de clasificadas y ampacaadas se dejan con agua y refrigeradas a 2 grados.
El la cámara contugüa se empaquetan. Cajas negras para Rusia, cajas verdes para América y Eurropa.
Ya nunca se rompe la cadena de frío que mantiene las rosas. Los camiones cargan. Trasladan al aeropuerto...se recogen en cada país de destino.....todo refrigerado. En tres días las rosas lucen a miles de kilómetros de Ecuador.
En cada una de las cajas, al lado del logo de las rosas aparecen los logos de los tres certificados que abalan las condiciones laborales de los trabajadores de esta empresa.
Siempre me han encantado este tipo de visitas que te hacen tener una visión general de todo un proceso que por lo general uno da por hecho en el día a día. Es interesante conocer el valor de lo que aporta y las personas implicadas.
Este tipo de visita no se sugieren en ningún alojamiento o guía, que yo sepa. Y en al menos otras tres plantaciones nos denegaron la visita.
Si en las rosas de aquí es el tacto, mi recuerdo para el olor inigualable de las rosas de la sierra madrileña, esas que siempre están llenas de pulgones....
Frutas tropicales, flores esplendorosas y chocolates de autor todo de gran calidad. No hay excusa para no mimarse y mimar en Ecuador los cinco sentidos propios u ajenos. Cosas que echaremos sin duda de menos a nuestro regreso.
Visita muy recomendable!
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