detalle de mural - Museo Guayasamin

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con los cinco sentidos

viernes, 27 de febrero de 2015

Flores que sí hay que comprar. Visita a una plantación de rosas en Lasso.

Ecuador es desde hace diez años uno de los mayores productores de flores del mundo. Factores como su altitud,  temperatura y la luz equinocial, garantizan las condiciones óptimas para una producción de gran calidad durante todo el año.

El desarrollo de este tipo de cultivos ha modificado, como siempre ocurre, el paisaje agrícola del entorno rural andino. Subiendo al lago Quilotoa en una visión del valle, deslumbra a los ojos el brillo de los plásticos blancos de las plantaciones. No tanto cómo en El Ejido, ya que es algo incipiente, pero se deja ver. Y al contrario que en otros países, ha dado lugar a empresas que garantizan las condiciones dignas de contratación de sus empleados. Muchas de ellas cuentan con el respaldo de certificados de instituciones internacionales que avalan estas condiciones laborales.

Las plantaciones a lo largo de la carretera Panamericana, comienzan en Pedro Moncayo y se extienden hacia Tabacundo y Cayambe, aunque también pueden encontrarse algunas más puntualmente en otras poblaciones andinas.



En mi casa de Quito disfruto del lujo que para una española representa tener flores frescas todas las semanas en casa. Además de la exhuberancia de las especies subtropicales, otras especies más comunes para mí, lucen aquí imponentes a precios muy asequibles. Las rosas no huelen, son variedades para ornamentación pero su tacto en sí mismo es un placer. A veces deshojamos las rosas y pasamos tiempo acariciando los pétalos. Son como terciopelo natural, firme y consistente. Al tras luz los rojos intensos, los naranjas, los amarillos se muestran irisados. Y duran quince días!!

Colindante con nuestro hotel en Lasso encontramos plantaciones de rosas y decidimos visitarlas. Y esto fue lo que nos contaron.




La producción diaria de rosas es de 13.000 unidades. El 80% para el mercado internacional, de los cuales el 20%  es mercado americano, 15 % europeo y entre el 15% y el 10% mercado ruso.

Las distintas variedades se diseñan genéticamente en Holanda. En Ecuador compran los derechos de "autor", traen los esquejes y a producir.

 



El mercado ruso prefiere los tallos más largos y la rosa menos abierta, mientras que el europeo prefiere el tallo corto y la rosa más cerrada. Los Americanos tallo largo y rosa abierta.


En este momento acababan de cosechar el sector que veis en las fotografías. Es la temporada alta del negocio. Pasado el San Valentín europeo y americano, se preparan para el ruso. 

En los invernaderos hay ventiladores que mantienen la temperatura constante. Por el riego automático se suministran todos los fertilizantes y los tratamientos para las plagas más comunes de los rosales. Permanentemente se vigila el crecimiento y estado de las rosas.

Una vez cosechadas se desespinan y se clasifican por tamaño y calidad. 


Nos dice el encargado con orgullo que la mayoría del personal son mujeres por que es un trabajo que requiere delicadeza y mimo y las mejores para eso son las mujeres. Sin embargo la administración y la supervisión de su trabajo la hacen exclusivamente hombres....y a nosotros nos siguen llamando la atención este tipo de prejuicios.



Después de clasificadas y ampacaadas se dejan con agua y refrigeradas a 2 grados.

El la cámara contugüa se empaquetan. Cajas negras para Rusia, cajas verdes para América y Eurropa.


Ya nunca se rompe la cadena de frío que mantiene las rosas. Los camiones cargan. Trasladan al aeropuerto...se recogen en cada país de destino.....todo refrigerado. En tres días las rosas lucen a miles de kilómetros de Ecuador.


En cada una de las cajas, al lado del logo de las rosas aparecen los logos de los tres certificados que abalan las condiciones laborales de los trabajadores de esta empresa.



Siempre me han encantado este tipo de visitas que te hacen tener una visión general de todo un proceso que por lo general uno da por hecho en el día a día. Es interesante conocer el valor de lo que aporta y las personas implicadas.

Este tipo de visita no se sugieren en ningún alojamiento o guía, que yo sepa. Y en al menos otras tres plantaciones nos denegaron la visita.

Si en las rosas de aquí es el tacto, mi recuerdo para el olor inigualable de las rosas de la sierra madrileña, esas que siempre están llenas de pulgones....

Frutas tropicales, flores esplendorosas y chocolates de autor todo de gran calidad. No hay excusa para no mimarse y mimar en Ecuador los cinco sentidos propios u ajenos. Cosas que echaremos sin duda de menos a nuestro regreso.

Visita muy recomendable!



lunes, 23 de febrero de 2015

En Canelos. Apenas adentrándose en la Selva.

 "Como decíamos ayer"....Mirar a las estrellas y sentir la inmensidad del Universo sobre tí, es un clásico. Volver la mirada a lo circundante y recuperar la medida de las cosas, tu lugar, es el consuelo que le sigue. La ida y vuelta de esa experiencia esta domesticada. Pequeño, insignificante, relativo, grande, único.. son reversibles. Decir "inmensidad" te llena la boca.

Sumergida en la Selva, los sistemas de referencia habituales pierden por completo su función. Desaparece el cielo. Todo es selva. Arriba, abajo, todo alrededor. Una gran masa verde se convierte en una burbuja que te contiene. Y una vez dentro sientes una presencia continua. Los sistemas de alerta se disparan y el sentimiento de relatividad va en una sóla dirección. "Sólo soy una parte más de este mundo bullente", aprendes a distinguir y te adaptas o sucumbes. Te sientes relativo en tu propio mundo, no con respecto a las estrellas lejanas sino respecto a los cincuenta centímetros circundantes. No hay miles de estrellas enormes, hay miles de seres diminutos, sobre todo diminutos. No eres el amo del entorno, sólo uno más y lo experimentas con "una en la frente", en todo el ego cultural.

Poco a poco los sistemas de alarma bajan de sus almenas, los ojos se hacen con distinciones del verde, de los troncos de los árboles y los sistemas de referencia aunque rudimentarios se van configurando según el entorno. El oído incorpora los nuevos sonidos cotidianos y deja los sobresaltos para lo estrictamente necesario. Me quedé sóla en la cabaña, en la hamaca mientras ellos  hacían una excursión. Y los dueños del hotel me enseñaron como dirigir la voz y gritar para llamar y que se oyera.

Después le toca el turno a la mente. Pasados tres días me faltaba el aire, necesitaba ver el cielo abierto. La humedad constante, el sonido de las gotas cayendo de las hojas incesante...Afortunadamente -dicen- no hizo sol.  De vez en cuando algo grande caía de lo alto de los árboles, pero no se dejaba ver.... imaginaba a "Depredator" camuflado y pasé parte del tiempo en agudizar la vista para diferenciar formas y movimientos en aquel "todo igual" mientras esperaba el retorno de mis excursionistas. Estaba experimentando piel con piel, oído, retina, siquiera someramente aquello que desde el sofá, la pantalla del televisor me había mostrado en las gestas bélicas de la Selva..que si Vietnam, que si el descubrimiento del Nuevo Mundo....Un nuevo significante para la mochila!. muy consciente sin embargo de que aquello era cómo meter la punta del pie en el agua con toda la inmensidad del océano al frente, pero para mí era cómo ver el mar por primera vez...y sin el como....era la primera vez que con conciencia veía la selva y me adentraba en ella, siquiera trapasados sus límites.




No mentía....dos palos, dos palos de puente....la caida no sería la del siglo pero subida en la camilla el sentimiento de dependencia era incuestionable. 
Las cabañas son el proyecto de una pareja, ella de Guayaquil y él suizo. Abandonaron el negocio financiero en Suiza y emprendieron en Ecuador. Con ellos un pequeño rubio de grandes ojos azules de dos años que visiona PocoYo en una tablet...a ratitos. Aventura interpersonal sin duda y -"una extraordinaria relación de pareja para sobrellevar ese aislamiento durante meses"-, pensé yo.

Los terrenos en origen fueron entregados a militares ecuatorianos trás la guerra con Perú, de la que se dice no se ofreció resistencia por estar los terrenos sencillamente despoblados. Pasados los años muchas de  las familias de los militares abandonaron los terrenos o los vendieron.



Vegetación ornamental alrededor de la cabaña. La propiedad había sido pastizal y los dueños decidieron replantar. Cedrón, canela, naranjilla salvaje....trás la cabaña principal directa a las infusiones.


Llama a engaño la veredita. El empedrado lo era de guijarros como planetas. Al final era como andar por un canchal de alta montaña. Benditos "relevés" de mi juventud que hicieron de mis tobillos acero y gracias a Daniel y a Esteban por acompañarme y sujetarme en cada trayecto...lloviendo....lloviendo...resbalando. A los días agujetas en todo el cuerpo...







 


Al anochecer iban a ver las ranas que se dejaban ver en la charca a pie de cabaña, bajo la misma ventana. Imperceptible durante el día se llenaba de vida por la noche.

Diminuta.....


Feliz en el forro polar de Flavia...no quería bajar...Merece la pena ampliarla

La hoja con piel de cocodrilo....

Ventana...elemento arquitectónico que deja claros los límites entre naturaleza y técnica o cultura.  

Foto de Esteban  Fernández Moreira

Mientras yo estaba en la hamaca.....

Raices.....

Foto de Esteban Fernández Moreira

Foto de Esteban Fernández Moreira

Foto de Esteban Fernández Moreira. Héctor disfrutando de las enseñanzas del guía. Para éste cualquier consideración de las hechas anteriormente por mí son incomprensibles. Completamente adaptado al entorno él lee cada señal en el tronco de un árbol, cada sonido, cada escremento del suelo, cada huella. Si para mí angustia y alerta, para él confianza, destreza, seguridad....

Cómo salido de "Viaje al centro de la Tierra"


Todas las fotos que siguen fueron tomadas también por nuestro amigo Esteban. Fue muy enriquecedor compartir con él como biólogo aquel viaje. El me contó que el estrangulamiento del torax de las arañas impide una buena circulación de la sangre, razón por la que se agotan rápido. Pero mientras tanto saltán!!! y saltaban a mis pies!!!

No puedo aportar mucha información de lo que sigue, pero aprendimos mucho contigo. Gracias !!









La hoja con piel de lagarto verdecita......



El peine del mono. Con él se sacan los piojos Lo probé y realmente ........peina.






En una segunda excursión decidieron bajar en canoa por el río. Mientras María y yo colocamos dos sillones frente a la ventana abierta de la cabaña principal, nos retiramos unos centímetros para que no nos salpicara la lluvia y a ritmo de gotas hablamos sin parar....deliciosas aquellas horas....

A unos kilómetros ellos aguantaban el chaparrón y achicaban agua de la canoa para refugiarse al fin en la comunidad indígena cercana. Ya de vuelta.........

Y tras la mojada.......comida rica. Pescado, pico de gallo y patacones, yuca... envueltos y cocinados en hoja de palma. Muy sano y muy rico!!!


Así pasaron cuatro intensos y fascinantes días.....en compañía...aislados.